El pasado día 7 de Marzo de 2024, las alumnas de turismo se desplazaron a las localidades de Azlor y Azara. Paseando por las calles de Azlor descubrimos las imponentes casas solariegas, construidas con piedra y ladrillo, con portadas doveladas y galerías de arcos como Casa El Barón, Casa Palacio, Casa Turia o Casa Zamora. Al menos 8 de ellas ostentan escudos de armas que hacen gala de la infanzonía de sus habitantes.

Entre Azara y Azlor sobre una pequeña loma y visible desde la carretera está “El castillo”, un caserío rural cuyos orígenes se remontan al siglo XV. Muy arruinado, hoy apenas quedan los cuatro muros del edificio principal, algunos arcos de la iglesia aneja y un pequeño oratorio, dedicado a san Gil.

Posteriormente fueron a la plaza de la iglesia para ver esta por el exterior. Tras el edificio, existe un peñasco accesible por el que se puede trepar para llegar a lo más alto de la localidad.

Seguido, continuamos por la ruta de los caminos de Azlor para llegar a la fuente de Labanera, la cual ha sido restaurada en el plan de la Comarca. Se encuentra cercana al lavadero, zona en alto que hace destacable este lugar.

 

Finalmente acudimos a la torre Farnagüelo, anterior zona defensiva (de comunicación con el Castillo de Azlor, actualmente es recomendable no acceder por el mal estado del edificio), en la cual se puede mirar a través de la aspillera tras acceder por las escaleras que fueron recuperadas en una partida arqueológica.

 

 

Siguiendo el cauce ocasional del Barranco de la Clamor, llegaron a la localidad de Azara. La población de Azara se articula en una calle principal que, desde la iglesia de Santa Lucía, lleva a la plaza y en otra vía que desde ésta comunica con una zona más moderna y ajardinada. Paseando  por sus calles encontramos bellas casas de piedra y ladrillo, con hermosas portadas abiertas en arcos de medio punto de perfecto trazado, que son un fiel reflejo de  las casas típicas del Somontano, en cuyas entrañas siempre hay un lugar para que fermente el mosto y, convertido en vino, salga a la luz pleno de aroma y color desde su oscuro y tranquilo reposo en las subterráneas bodegas.

 

 

Para finalizar el día accedieron a la peña de Santa Margarita, en la cual se encuentra una vía accesible, donde Melissa cantó generando un recuerdo único para los integrantes del Programa Experiencial. Accediendo a lo más alto se tiene una panorámica de toda la población y cercanías, incluyendo los elementos destacados de Azlor.