Nuestra visita a Olvena el 12 de marzo de 2024, inició en uno de los dos bellos puentes medievales de la localidad que se erigen sobre el río Ésera, en el Puente de la Sierra, construido a una elevada altura sobre el cauce. Allí observamos lo maravilloso del paisaje, el verde y azul de la profunda agua que al asomarnos a verla nos provocaba vértigo.

 

Seguidamente fuimos a visitar el centro de la población, para llegar a ella tuvimos que atravesar un puente moderno que fue construido en sustitución del puente original que se encuentra justo al lado, llamado el puente del Diablo.

Una vez allí comenzamos el recorrido de sus empinadas y angostas calles y nos maravillamos con la antigüedad de sus infraestructuras construidas en su gran mayoría con tapial y mampuesto.

En nuestro camino hacia el mirador, hicimos un amigo gatuno al que llamamos Olveno, quien nos acompañó a lo largo de toda nuestra visita. También observamos desde fuera la iglesia parroquial construida en honor a la Purificación de Nuestra Señora a principios del siglo XVII. 

 

 

Más arriba nos encontramos con el cementerio de la localidad y con la Ermita de Santo Cristo, al llegar a lo alto del acantilado rocoso, en el mirador, pudimos tener una vista 360º de sus alrededores y del congosto que por su singular formación fue declarado Lugar de Interés Comunitario.

 

 

Al descender del mirador, realizamos el camino del Canalillo, hasta llegar a la surgencia y al antiguo lavadero, espacios constantemente mantenidos por un largo y antiguo muro de piedra seca.

 

 

Para finalizar nuestro recorrido caminamos hacia el norte de la población hasta llegar a una finca particular en donde encontramos la ermita de San Gregorio, un edificio de planta rectangular, con cabecera recta orientada hacia el noroeste.

Olvena, a pesar de ser la localidad más pequeña de la Comarca del Somontano, es una de las más bonitas que hemos visitado.