El Pozo de Hielo en las faldas de la Barbacana constituye el máximo exponente de una industria que floreció en el Somontano entre los siglos XVI y XIX, y usado hasta el siglo pasado cuando nace la moderna industria frigorífica.

Se edificó en 1612 por Pedro de Ruesta y a través de este se suministraba hielo producido en las balsas próximas al río Vero. En tiempos de escasez, se traía el hielo y la nieve de los pozos de Otín en la Sierra de Guara. Barbastro regulaba el arrendamiento y recogía este producto para uso médico y celebraciones en cortes, entre otros usos.

En 2006 se rehabilitó y musealizó con paneles, recreaciones y audiovisuales. Está declarado Bien de Interés Cultural y es un elemento representativo del Parque Cultural del Río Vero.