Los 493 m. sobre el nivel del mar sobre los que se asienta Lagunarrota, convierten a esta localidad en un espléndido mirador sobre las Sierras Prepirenaicas y los Monegros.
En el extremo noreste convergen las calles Iglesia y del Horno, formando una plaza, que además es un mirador excelente, en la que se encuentra la Iglesia de San Gil Abad.
Los orígenes de la parroquial son románicos y se remontan al siglo XII como muestra el exterior del ábside semicircular. Fue profundamente renovada en el siglo XVI, época a la que pertenecen la potada abierta en arco de medio punto y los dos cuerpos inferiores de la torre. El estado ruinoso en el que se encontraba la construcción motivó la más reciente intervención que tuvo lugar entre los años 1964 y 1966.
Al pie de la muela donde se asienta la población, se halla uno de los pozos fuente más antiguos de la comarca. Se trata de una monumental construcción con un tramo de escaleras, en parte abovedado, que desciende hacia la cámara en donde se almacena el agua que se filtra del subsuelo rocoso. En sus muros se grabaron símbolos protectores del manantial y varias fechas asociadas a las sucesivas reformas que el constante uso hizo necesarias.
Además del Pozo Bajo, la localidad cuenta con otro pozo, el del Pinar, de características similares para abastecerse. La cavidad que almacena el agua es alimentada por el agua de lluvia que se filtra a través de las capas permeables de gravas y areniscas.
Se llama pozo del pinar debido a la gran cantidad de pinos que hubo en el pasado en esta zona, de los que es buena muestra el llamado Pino de Foncillas, situado junto a la carretera.
Es el primer destino al que fueron, aparcaron primeramente en la falda del pueblo para visitar el pozo-fuente. Posteriormente subieron a la población para visitar sus calles. El mirador que se encuentra al lado de la iglesia tiene un panel descriptivo con lectura de paisaje.